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FORO DE LA MUJER

SEPTIEMBRE 2001

PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO

Vista del Foro de la Mujer en el almuerzo de "Pensamiento contemporaneo" con la filósofa Josefina Dartiguelongue y la socióloga Alcira Argumedo. Marcela Miguens abrió el almuerzo del Foro pidiendo un minuto de silencio por las victimas del terrorismo del 11 de Septiembre y por las mujeres afganas, victimas del machismo, la ignorancia y el maltrato.

Cabecera del almuerzo : Josefina Dartiguelongue , Marcela Miguens, Alcira Argumedo, Maria Tereza Solá

Inteligentisima, brillante, cálida y apasionada , Josefina Dartiguelongue deslumbró al auditorio del FORO DE LA MUJER

"La muerte nos debe encontrar construyendo y no sometidos a los vientos anodinos de la historia"

.El concepto de escepticismo es muy interesante porque hoy no se lo ve como categoría culpable socio-histórica sino que es como un estilo suave de tomarse la vida sin demasiados conflictos. Por algo esta trágica historicidad convive con una llamada adormecedora y vulgar a ser light, liviano, evanescente, que es, en cuanto a perfil de vida, abominable. Significa acomodarse en cualquier resquicio de la la historia y del poder. Es no tener perfil propio a fin de estar tan licuado que uno emerge, surge y se rehace con todas las formas y ninguna forma. Esta es la amorfa posibilidad de discurrir ideas sin fijar pensamiento. Pensar es una forma de parir, de generar. Cuando los hombres hablan de gestar ideas y de concebir proyectos se están refiriendo a una terminología de género femenino. Nosotras venimos de una tradición en la cual el gestar no se limita al gestar uterino. Gestar ideas y consumar obras es crear y emerger hijos. Hoy por hoy se habla de muerte cotidiana, de suicidios no registrables a nivel estadístico, y que impregnan a muchísimos jóvenes. Es el empalidecimiento del deseo de crecer. Yo he hecho orientación vocacional existencial muchos años y en el trasfondo de las dudas en la elección de carrera y estilo de vida no está la duda acerca de mis posibilidades y la demanda del mercado sino que, lo que está subyaciendo, es el deseo profundo inconsciente o conciente de no querer crecer. La traba para decidir es no llegar a este rango adulto que parece tan poco fascinante a los ojos jóvenes y al cual nadie quiere acceder. Pensar implica ver el resquebrajamiento de los grandes arquetipos sociales que hoy están en crisis: el de pareja, el de familia, el de poder. Pensar es querer y poder pensar, es una opción de coraje no un hábito de gente bien alimentada y ubicada en un entorno estimulante. Sería una deshonestidad fluir ideas sin encarnar pensamiento porque uno viene de un ámbito bien comido y estimulado. Esa es una de las formas de la corrupción que uno puede tener a la mano. Gestar ideas es pergeñar proyectos direccionados hacia delante. Con las conductas y estrategias tanáticas en realidad involucionamos y no vamos hacia el futuro. Por algo nuestra época tiene una absoluta perplejidad respecto del tiempo futuro. Se ha quebrado la concepción aristotélica que concebía el tiempo como la medida del movimiento según un antes y un después. Hoy el antes está vinculado al revisionismo y a la nostalgia que nos apacigua la angustia del pensar de verdad y nos impide gestar paradigmas nuevos. El otro parámetro es el futuro. A la posmodernidad se la suele llamar época de las incertidumbres. La nueva forma de la sabiduría es la ciencia interdisciplinaria. Lo "inter" no es sólo un modo de complementarse sino la primera manifestación científica de la conciencia de la propia humildad. El repensar juntos da como resultado el poner en crisis los presupuestos. La ínter disciplina es quizás la vuelta a esa experiencia socrática maravillosa: no sólo sé que no sé nada, sino que vuelvo a la conciencia apasionada y al llamado de la trascendencia, del pulsar hacia el futuro. Lo inter es esta nueva conceptualización de lo transversal, lo que atraviesa todos los segmentos, todas las producciones humanas.

El pensar hoy consiste en un pensar desde y hacia, junto a otros. Y esto nos lleva a otro gran principio antropológico y es que somos seres sociales. Las filosofías individualistas reducen la condición humana. Nadie se ha dado a sí mismo el ser y nadie puede responder por su fin pero pensar implica hoy poder elegir la muerte. Esto significa que la muerte nos debe encontrar viviendo al estilo de construcción y no sometidos a los vientos anodinos de la historia. Que cuando me encuentre sea yendo en dirección, orientado a, no en plenitud de logros sino en pasión de proceso, en convicción de marcha. La muerte así acaba siendo mucho menos trágica y natural que esta muerte lenta colectiva, por estructuras de injusticia que no dejan pensar y no dejan tener asombro. Cuando el aburrimiento es compañero constante, el asombro muere. El asombro es la posibilidad del temblor metafísico frente a lo que acontece. Estamos en nuestro pueblo en etapa de ajuste estructural. Ajuste significa que hay formas sociales que no dan cabida al todo social, que grandes sectores sociales que no pueden ser ni acceder a los bienes y que deben licuarse y desaparecer. La desaparición no sólo por falta de presencia sino por la baja del tono vital, del pulso del eros. El aburrimiento, la indiferencia y el individualismo son tonos sociales tanáticos que no dan impulso a la esperanza, que hacen del tiempo sólo un presente. Hay dos formas de huida del presente, la huida al pasado como tiempo pasado mejor y la huida al futuro: cuando tenga tiempo libre, cuando, cuando. Y aquí juega la omnipotencia. Quién nos garantiza que estemos con vida cuando el momento llegue. El cambio o es hoy o es dilación engañosa. Hoy hay que dedicarse a pensar, generar grupos de pertenencia. Ninguno de nosotros ha hecho nada suficientemente relevante como para tener más derecho a vivir que cualquier otro.

"La sabiduría significa saborear, compartir el banquete"

Cuando hay una megacrisis que todo lo involucra, el cambio no es un salto gradual sino un salto cualitativo que nos pone en otro registro de la realidad. El conocimiento siempre estuvo referido a una lógica resolutoria de problemas que demostró que podía convivir confortablemente con estrategias de horror y de exclusión. Nos tenemos que guarecer del hecho de que uno es lúcido para la observación de los fenómenos estructurales ajenos y es menos lúcido cuando tiene que analizar su propia historicidad. Este oscurecimiento del conocimiento ha convivido con seres que dominaron y eligieron quiénes tenían derecho a vivir y quiénes no. Venimos de un pensamiento griego que incluye conceptos como la definición aristotélica del hombre como animal racional que opone alma y cuerpo como dos sustancias diferentes y Occidente no se recuperó aún de esta dualidad. Porque legitima el discurso teórico. Occidente le tienen terror a la muerte y al paso del tiempo ya que el cuerpo es algo que tenemos y no somos. No hemos solucionado esa dualidad. El gran desafío es la sabiduría, que viene de sapere, saborear. Ya no se trata de repetir conocimiento sino de creatividad, de invitación a pensar. La metáfora de la sabiduría como saboreo tiene la metáfora de la alimentación. No se puede entender un banquete sin otro con quien compartir. La solidaridad es la conciencia de la necesidad de que sin el otro no soy, no depende de corazones insuflados sino de alguien que sabe que sin los otros no sabe ni quién es.

Alcira Argumedo, sociologa de primerísima linea:

"De la definición del concepto de lo humano depende la resolución de los problemas de esta nueva era".

Mi mirada se complementa con la de Josefina porque la hipótesis es que la magnitud, la celeridad y lo imprevisto de los cambios que estamos viviendo dan cuenta de que se cerró la edad contemporánea y se da comienzo a otra edad histórica con un conjunto de interrogantes de carácter civilizatorio. Estamos en un momento de transición acelerada y esto hace perder de vista las ideas de largo alcance. La edad moderna o contemporánea comienza entre los siglos XV y XVI cuando por primera vez la historia de la humanidad se hace universal. Hasta entonces había distintas historias que no tenían noción de la existencia de otras pero con la expansión hispano-portuguesa adquiere el carácter universal. En cada momento de cambio histórico existen ciertas transformaciones más o menos explícitas y más o menos subterráneas de carácter económico, social, político, militar y cultural que favorecen la incorporación de un instrumental tecnológico que genera una revolución. Esta revolución impone un salto cualitativo respecto de los potenciales anteriores rompiendo la inercia anterior. Esto sucede en Europa con la invasión de los turcos, que cierran las rutas comerciales; con la recuperación de la península ibérica por los Reyes Católicos, que favorecieron la revolución tecnológica centrada en las artes de la navegación (la brújula, las carabelas, etc.) que van a permitir a los buques alejarse más de las costas, y en las artes de la guerra con la pólvora; y, finalmente, con la aparición de la imprenta que va a tener un impacto importante pero reducido.

El 80% de la producción del mundo se realizaba entonces con trabajo esclavo y servil, sobre trabajo físico barbarizado. Y aquí me interesa preguntar cuál es el alcance del concepto de lo humano. Cuando se llega a América, se recuperan ciertas vertientes dominantes que toman aquellas facetas de la cultura griega que no son las más esplendorosas, por ejemplo, la afirmación de la existencia de seres humanos que son menos que humanos. Esto ya estaba en Aristóteles y su jerarquía de los seres, en la cual distingue la categoría de los bárbaros y los esclavos y la de los seres con razón sobre ellos.

Yo quiero ser muy dura con estas vetas dominantes del pensamiento occidental porque creo que son las que exacerban determinadas orientaciones de las políticas sociales actuales. Grecia, que fue el ejemplo del surgimiento de la democracia, tenía pata los hijos de los hombres libres la paideia, la educación, pero como conseguir un esclavo adulto era más redituable que criar uno desde pequeño, a los hijos de los esclavos se los tiraba al mar. Esta veta se va a reflejar en los siglos XV y XVI en dos de los grandes troncos que van a dominar América. Por un lado se decía que los negros no tenían alma, es decir, no eran seres humanos, y, por lo tanto, se los sometió a la esclavitud sin ofender a Dios. Luego viene la etapa de la Revolución industrial donde distintos factores van a favorecer la emergencia de nuevas tecnologías que van a coincidir con la emergencia de una nueva ética solidaria como son los valores de la Revolución Francesa: la libertad, la igualdad y la fraternidad. Los valores de esta ética solidaria coinciden con los requisitos técnico económicos para desplegar los potenciales de la Revolución Industrial que no podían ser desplegados con trabajo esclavo. Esta aceleración de la historia a fines del XVIII y comienzos del XIX, va a generar en los países centrales profundas transformaciones en la sociedad, en la forma de gobernabilidad, desplazando aquellas formas anacrónicas de la edad moderna. Sin embargo, las potencias centrales volvieron a tener ciertas limitaciones en la definición del concepto de lo humano, especialmente cuando empiezan a ampliar su dominio sobre los pueblos de Asia, África y América Latina. Los grandes ejemplos de revoluciones democráticas como la de EEUU o la Constitución de Jefferson que señalaba que los hombres eran libres y republicanos, excepto los negros y los indios, a quienes había que matar. Esto se repitió en las otras democracias. En Europa occidental, la libertad y la democracia eran para Francia pero no para Indochina y Argelia, era para Holanda pero no para Indonesia, para Inglaterra pero no para la India. Hay una reiteración del negar el carácter humano a la población de estas áreas que eran dos tercios de la humanidad. A tal nivel era natural el carácter menos que humano de estos seres que en 1948, cuando en Naciones Unidas se firma la Declaración de los Derechos del Hombre, Francia participa y reivindica la resistencia contra la ocupación genocida nazi. Pero en 1949, Francia misma lanza una guerra colonial genocida en Indochina y luego contra Argelia.

Me parece que el período que va desde el fin de la Segunda Guerra mundial y el año 1973 es el momento en que comienza una nueva época. Por primera vez estos pueblos de África y América Latina que han rechazado el dominio occidental comienzan a tomar protagonismo en la historia. El paradigma es Ghandi, que llama a reivindicar la milenaria cultura hindú. Fue el tiempo de la reivindicación de las culturas de Africa e Indochina, que comenzaron a demandar nuevos valores de la ética solidaria: la necesidad de hacer escuchar su propia versión de la historia, la necesidad de plantear relaciones horizontales, la necesidad de la diversidad de culturas y gestualidades y que esto no es la barbarie. El año 1973 es un año de alta densidad histórica. Es cuando Kissinger reconoce la derrota en Vietnam, cuando los países productores de crudo aumentan los precios del petróleo. Fíjense que en 1973, esos países tuvieron un superávit de 3.000 millones de dólares. Cuando decidieron aumentar el precio, su superávit llegó a 65.000 millones. Esta diferencia cada año es algo que las potencias extraían del Tercer Mundo y que producían el subdesarrollo de estos países. Lo que sucedió también con Bolivia, que en el siglo XVI era el país más rico del mundo en recursos naturales.

Llegó entonces el debate del nuevo orden mundial, en la cual se decidió escuchar las distintas voces del mundo. Reagan y Thatcher se retiran entonces de la UNESCO denunciando la dictadura de las mayorías.

En el marco de este cuestionamiento a los núcleos de poder va a haber una restauración conservadora, una respuesta muy fuerte para recomponer la hegemonía perdida que en América Latina se manifiesta con la ola sincrónica de dictaduras militares. Pero lo que acelera estas transformaciones es que el aumento del precio del petróleo va a favorecer el despliegue acelerado a partir de 1980 de una nueva revolución tecnológica que tiene tres líneas dinámicas: la primera es el complejo teleinformático; la segunda es la bioingeniería o biogenética y la tercera es la de los nuevos materiales. Este es un salto cualitativo similar al ferrocarril y sin duda impone la necesidad de adoptarlas. El problema es cómo. Esta nueva revolución cierra un ciclo de 7000 años en la medida que se divide el trabajo físico e intelectual. El esfuerzo físico pasa a ser marginal, menos del 5% de la producción mundial y en no más de 10 años el 95% de las tareas de la sociedad van a requerir formación mínima secundaria o terciaria. El segundo elemento es que el potencial de esta tecnología requiere entre un 75 y 80% de tiempo de trabajo actual. Este es el punto civilizatorio, porque de acuerdo a cómo se defina el concepto de lo humano, de acuerdo a si pienso que los negros tienen alma o no la tienen, plantea dos opciones de resolución de este desafío. Si no la tienen, la lógica de la reconversión es el desplazamiento de ese 75% como desocupación, precarización, exclusión. Esto tiende a la formación de una sociedad sobrante porque no tienen posibilidad de reintegrarse a los nuevos sistemas productivos. Es una población sobrante que no tiene lugar en este mundo. Esto mismo pasó con la revolución industrial. Se hizo sobre la base de concepciones liberales pero requirió menos tiempo de trabajo y produjo una población sobrante de 500 millones de personas. Gran parte llegó a América.

La situación actual es que la revolución tecnológica ha madurado en 20 años y se calcula que la población sobrante en este modelo ronda los 3.500 millones de personas en el mundo. Esto hace inviable la situación a no ser que algo cambie. Hoy 350 personas reciben el mismo ingreso que el que reciben 2.700 millones de personas en el mundo. Acá hay una irracionalidad que hace inviables estos modelos. La brutal polarización de ingresos ha generado crisis recesivas en todos los países.

Por lo tanto, deben articularse distintos tipos de sistemas educativos que recalifiquen la mano de obra. Las sociedades que no democraticen no sólo los sistemas educativos, sino también los de salud y vivienda quedarán expuestas a que esa masa sobrante de individuos desplazados salten los muros de los nuevos "feudos" que han comenzado a existir. Porque lo que hay actualmente es una feudalización de la sociedad.

Muchas preguntas y comentarios del Foro. Con el micrófono la doctora Liliana Bonome

DESGRABACION Y FOTOS DE MARIA MIGUENS


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