Foro de la MUJER

  forodelamujer@interserver.com.ar


Almuerzo Marzo del 2004:

ESPIRITUALIDAD FEMENINA Y EL SENTIDO DE LA VIDA

 

Raquel Fischer, Marcela Miguens, Fernanda Beliz y Maria  Tereza Solá , en la apertura del Foro 2004.

Bela Tedin Uriburu, Fernanda Beliz, Mónica Ottino y Sonia Shiff , llegando al Foro de la Mujer.

Helene Forestier de Imaz , Maria Helena Mihura, Marcela Miguens, Marta Slemenson y Sally Usher.

                                                                                         FOTOS DE MARIANA AVELLANEDA

EL FORO EN ACCIÓN!!!!! 

Marcela Miguens abrió el Foro de la Mujer  en la apertura del 2004 diciendo:

Como presidenta del Foro de la Mujer y desde el triunvirato que formamos con Bela Tedin y Maria Tereza Solá, quiero darles la bienvenida a algunas caras nuevas y agradecer profundamente a todas ,por su continuidad , especialmente a las disertantes que nos han prestigiado  todos estos años.

Estamos entrando hoy en nuestro quinto año de almuerzos. Abrimos este Foro 5 años atrás, con una frase del teólogo católico Urs von Baltazar que decía:    LA VERDAD ES.....SINFÓNICA .

Dijimos que más que fuertes debates lo que haríamos serían aportes desde lo que cada una piensa y siente, que aquí cada una tocaría su instrumento y así lo hemos ido haciendo...sin buscar consenso pero tratando siempre de comprometernos con lo que sentimos y pensamos .

Un personaje del siglo 20 que siempre me impactó fué Niels Bohr, el arquitecto de la Física Quántica. Cuando el Rey de Dinamarca le dió un título de nobleza por sus aportes hechos a la ciencia, él eligió como escudo nobiliario una balanza en equilibrio (símbolo taoista, por otra parte)  con una inscripción abajo que decía : LOS OPUESTOS SON COMPLEMENTARIOS.

Y cuando le preguntaban a Niels Bohr :-QUE ES LO OPUESTO A LA VERDAD?   El respondía: -OTRA VERDAD.

Nosotros tambien en este Foro pensamos que lo opuesto a la verdad no es la equivocación o la mentira sino Otra Verdad.  Sin embargo hay unidad en estos encuentros con 5 años de recorrido a través de una diversidad de temas y disertantes. Yo diría que más que un Foro típicamente feminista , creo que conformamos un grupo de mujeres de mente y corazón abierto que habitan un espacio de reflexión, de intercambio y de búsqueda de conocimiento. Que se proponen  DIALOGO , diálogo intercultural, diálogo interreligioso, diálogo interpolítico. Que eligen  ser responsables y poder aportar algo al país  que ayude a empujar para adelante, en esta crisis y en tanta adversidad que está signando nuestra época.

Nosotras promovemos "valores femeninos"   para hombres y mujeres. Valores  tales como la Solidaridad, el Cuidado y Respeto por el otro, el Pacifismo, el aprecio por lo diferente, la Fé, cualquier Fé que nos hermane y nos tracienda como individuos separados.

Y hoy elegimos a Raquel Fischer para el primer almuerzo del año, porque ella además de ser filósofa , sabe narrar con un alma muy femenina. Así fué el año pasado, cuando nos trajo a Hildegarda y las Beguinas y a las galletitas para curar la melancolía que con una receta medioeval   ella preparó para nosotras.

Esta  vez la vamos a escuchar en "Espiritualidad Femenina y el Sentido de la Vida"

Dra. María Raquel Fischer de Díez

He querido escribir estas reflexiones pensando en el corazón de cada una de nosotras, pero también en muchos de nuestros varones que han estado y están especialmente presente en la configuración de nuestra identidad femenina. A ustedes por su amistad, y a ellos por el legado existencial de compartir juntos el sentido profundo de ser mujer, a todos muchas gracias.

Ciertamente estas páginas están escritas en un clima de profunda confianza en la relación del varón y la mujer. Sin embargo no han sido pocas las dificultades que he tenido para encontrar el lenguaje adecuado que de verbo a las experiencias que proceden de la vida y que, en íntima conexión con ella, logren su espacio de comprensibilidad. No es fácil para el pensamiento, ni aún para el pensamiento femenino con toda su capacidad intuitiva, derrumbar sus muros y entrar en los ritmos de la vida donde se inscribe aquel nombre de varón que nos diferencia.

El "feminismo" como una de las grandes irrupciones de la cultura contemporánea, no desconoce la hondura de alma que hay tanto en el varón como en la mujer, la plenitud cualitativa y la riqueza de figuras vitales que surgen de la realidad que los une; como tampoco ignora la complejidad de tensiones y de procesos de esto que se llama "el alma femenina". Hoy, en la aurora de un horizonte epocal ilimitado, tal vez sea el tiempo propicio para que el varón y la mujer, en relación de reciprocidad, aprendan nuevamente a mirarse en la noche y avanzar juntos como tanteando la plenitud de las cosas del mundo, y compartir sueños de amor que desborden el tiempo.

 

En primer lugar quisiera hacer referencia a aquel anhelo del corazón, que dentro del continuo y cambiante proceso de nuestra existencia femenina, depende para su cumplimiento de la feliz mediación del varón. Ciertamente me refiero a la vida que engendramos juntos y que es sin duda una de las experiencias más ricas. En ella la mujer se descubre como mujer junto al varón. Instantes de aurora en que el corazón despierta y se siente en el cuerpo la diferencia que nos constituye. Experiencias profundas que abren las puertas del alma y dan a luz a nuestras primeras historias. Escenas paradisíacas que quedan arraigadas en nuestro corazón sólo por la mediación de un encuentro feliz con el varón.

Desde estos lugares es posible acunar la vida y sentir el gobierno de la invisibilidad amorosa. Juntos hemos creado el espacio del regazo, y nuestro cuerpo femenino es el umbral del misterio.

Tales experiencias implican un transcurrir del tiempo diferente. Se sabe del cielo porque se "ve" y se "siente" en estos instantes de recogimiento, el bosquejo eterno de la vida. Pareciera que el mundo se dejara acunar por la gracia que emana de ellos recuperando la inocencia de una infancia remota. Hay aquí lenguajes de felicidad entre el varón y la mujer que amortiguan las tormentas de la vida con los secretos de amor que se cobijan en la intimidad de ambos.

En segundo lugar quiero referirme a aquellas experiencias en que el amor aparece afectado por el fracaso, el dolor y la muerte. Porque también hay situaciones de desgarramiento en la relación, donde las palabras no alcanzan para abrir espacios de reconciliación y la historia queda escrita con las sombras del llanto y de la no comprensión. Momentos en que la diferencia impone límites imposibles de franquear, a no ser desbordando la propia humanidad. Sin embargo a pesar de los fracasos y las quebraduras interiores, el lenguaje amoroso se reserva el poder de exorcizar la inclinación de la existencia a violentar la ternura.

Un hecho doliente por excelencia es la muerte del ser amado: la confusión en que nos deja, el escalofrío de la tumba, el terror de los fantasmas. Son tiempos en que la capacidad de comprender toca los bordes y la esencia eterna del amor queda en silencio. Cómo no tener razones para llorar si todos sabemos que la muerte tiene el velo de la contradicción. Frente a ella se percibe que el amor es don, y que si falla, la existencia entera marcha desquiciada.

Sin embargo cuando el vínculo entre ambos queda afectado por este dolor, es posible también la conformidad del corazón que espera lo eterno. "Horas puras" del tiempo en que el contenido del amor se recupera en un saber que le quita la incomprensibilidad y la amargura de lo absurdo. El amor auténtico presiente que aún en estas situaciones hay profunda verdad, y a pesar del escalofrío que produce la ruptura del encuentro, hay un saber que testimonia que los hechos de dolor no comienzan en el hombre sino en el corazón de Dios.

En tercer lugar hay otro tipo de experiencias que unen al varón con la mujer, más simples quizás aunque no por ello menos ricas. Se trata de todo aquello que compartimos en la vida cotidiana, en el trabajo, en la amistad, pero en donde aparecen esos huecos de la existencia que la soledad abre en la tierra firme de nuestra confianza. Es justamente aquí donde se siente la necesidad de un nuevo mensaje entre el varón y la mujer que desarme la violencia de la irreconciliación. Como si en medio de las brumas del amanecer fuera siempre posible y necesario el reconocimiento de la presencia de un varón amado. Y si cuando se presiente la alegría, la existencia entera florece, ¿para qué provocar el desgarro y anular en el corazón la promesa de felicidad deambulando con el fastidio de lo cotidiano? Aunque más no sea conservar la memoria del amor que impide que los bostezos de la nada invadan la frágil luminosidad de la melancolía.

El alma soñando en la noche serena del amor encuentra el maravilloso tejido del corazón que ama. Y si verdaderamente es libre, evoca el cántico de los pájaros, que por ser amigo de los vientos, se dejan llevar en sus correrías. Así también el corazón amante siente los cánticos de un alma enamorada, a veces en la oscuridad de los bosques, a veces en las ondulaciones de las cimas, pero siempre con el oído atento a los días del amor.

Para terminar quisiera dejar a modo de propuesta para el corazón de las mujeres aquí presentes: si no sería posible que diésemos los primeros pasos en el camino de una auténtica reconciliación con el varón, porque las inquietudes de la existencia reposan sin violencia en la realidad de la promesa. Sabiendo además que en nosotras, allende el límite de nuestro propio ser mujer, hay algo que amorosamente llama al varón sin lo cual casi no nos sería posible la existencia femenina.

A la primera experiencia de dar la vida y engendrar vida, el primer paso sería reconciliarnos con el "sexo opuesto" en lo más íntimo del corazón. Porque si verdaderamente queremos defender la vida, al lado de nuestra sensibilidad y de la agudeza de nuestro pensamiento, debemos poner otra vez la confianza en la nobleza del alma masculina. ¿No sería un modo de curar el antiguo mal que afecta a la relación del varón con la mujer y entrar por el amor en el tiempo de la promesa de su posible restauración? Porque si bien es cierto que durante siglos se nos ha hecho cargar con las culpas de Eva, también la tradición habla de una Mujer que ha entrado en el corazón de Dios, y por la fecundidad de este Amor, se curó definitivamente la negligencia y el desacuerdo que trastocó en aquel tiempo la relación de los sexos. La duda y la incertidumbre de aquel relato originario, tendrán que elaborar por una nueva confianza, la armonía perdida. La dialéctica dialogal del corazón que debió unir sus almas y sus cuerpos, tendrá que encontrar nuevamente su plenitud, su ultimidad y su consumación.

En cuanto a la segunda experiencia, aquella que quiebra todo vínculo, el paso estaría en la confianza en que a pesar del dolor, del fracaso y a veces de la muerte, sin embargo es posible reconciliar el tiempo con la eternidad. ¿Acaso no es este el lugar de la Beatrice en Dante y de Diotima en Hölderlin? Ambos poetas parecen haber representado en la mujer amada la unidad de la historia con la eternidad.

Los encuentros humanos se realizan sobre el gran ritmo de la vida, ritmo que franquea años, que lucha por volver contra las ausencias. Incluso a veces los sueños van tan lejos en el pasado que parecieran ir más allá de la memoria. Sin embargo en la horizontalidad de este tiempo, siempre irrumpe la manifestación de un Dios, y casi siempre la mujer tiene el privilegio de crear el espacio histórico de este misterio. Por nuestra mediación la eternidad suele imbricarse con el tiempo, extrema expresión de la ternura de Dios. Lo femenino vuelve a elevarse, queda bendecida el alma, se ilumina el pensamiento y se participa en la eternidad de un misterio. Gracias a la presencia mediadora de toda mujer las tinieblas no son necesariamente anónimas ni las aguas impuras, lo quitado puede ser devuelto, y la constante esterilidad de la vida finalmente subyugada por el irradiante esplendor de un alma femenina.

Respecto de la tercera experiencia, habría que pensar en una restauración del lenguaje del amor. ¿Acaso no es el tiempo de aprender mutuamente a nombrarnos de distinta manera? ¿No sucede con la palabra lo que con la brisa del atardecer en el jardín del Edén que reconcilia al hombre tras la caída? ¿No habría que pensar en una restauración del lenguaje amoroso que reúna en un único verbo la palabra de ambos? Porque del mismo modo que la existencia fue en un comienzo, alabanza y promesa de mutuo servicio, por la mediación de la mujer debería ser hoy, para ambos el tiempo de su cumplimiento. El cántico con que los ángeles saludaron la Encarnación, tendrá que ser el cántico que nos libere de nuestra propia palabra y nos inserte en el más fecundo diálogo del nosotros fraterno.

Querida amigas: quisiera terminar estas reflexiones haciendo referencia a un santo que en el momento de morir celebraba la figura de la Mujer, porque a través de ella –decía- opera con premura materna la mano invisible de la Providencia; o bien parafraseando a Rilke: a través de nuestros corazones femeninos siempre abiertos, pasa el dios con alas en los pies.


 

Maria Fernanda Beliz   propuso el programa Social del Foro de la Mujer de este año que consiste en asistencia con voluntarias a instituciones de madres-niñas , mujeres abusadas y maltratadas del gobierno de la Ciudad. Las voluntarias comunicarse con forodelamujer@interserver.com.ar

Maria Tereza Solá tradujo y leyó  un magnífico texto de Saint Exupery , coincidente  con la mirada de este Foro:

Carta a un rehén

Respeto por el hombre! Respeto por el hombre!

Si yo difiero de otro, lejos de disminuirlo, lo acreciento. Cuando el nazi respeta exclusivamente a quien se le parece, no respeta nada que no sea él mismo. Rechaza las contradicciones creadoras, arranca toda esperanza de ascensión y funda por mil años, en el lugar del hombre, el robot del hormiguero.

El viajero que sube la montaña en dirección a una estrella, si se deja absorber por los problemas de la escalada, corre el riesgo de olvidar cuál estrella lo guía.

Asi, el encerrarme en una pasión partidaria, corro el riesgo de olvidar que la política tiene sentido sólo si está al servicio de una evidencia espiritual.

Pero he aqui que hoy, el respeto por el hombre, condición de nuestra ascención, está en peligro. Las fracturas del mundo moderno nos han sumido en las tinieblas. Los problemas son incoherentes, las soluciones contradictorias. La verdad de ayer esta muerta, aquella del mañana todavía debe ser construída.....

 Ninguna síntesis que tenga valor puede entreverse , las religiones   a falta de una evidencia que se imponga, se politizan y acceden a la violencia.

 Pero nosotros que fuimos educados en el culto del respeto por el hombre, que reune fundamentalmente el respeto hacia la persona, ninguno de nosotros, detenta el monopolio de la pureza de intención. Somos dueños solamente de una parcela de la verdad.

Puedo combatir en nombre de un camino, el camino que otro ha elegido. Pero debo respetar a ese hombre, en el plano del espiritu, si él tambien se esfuerza en avanzar hacia la misma estrella. Si el respeto por el hombre llega a ser enraizado en el corazón de todos los hombres , terminaríamos por fundar, finalmente, un sistema social, político y económico que consagre ese respeto.