Foro de la MUJER

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Almuerzo Septiembre del 2005:

Peregrinando al Arca Rusa

Marcela Miguens presidiendo el almuerzo : "Peregrinando al Arca Rusa" con el Rvdo. Padre Eduardo Pérez, Maria Teresa Solá y Mabel Castellanos que fueron los tres disertantes. En la cabecera  Bela Tedin ,Lucía Gálvez y Monica Ottino.

   Camilla Mackeson, Ines Cifuentes y Sally Romero Zapiola :  COMO se lee un ICONO RUSO?

El Rvdo Padre Eduardo Perez especialista en Iconos Rusos y sus significados en el Foro de la Mujer con Janick Oliveira Cesar y Maria Teresa Solá,.quien disertó brillantemente sobre"La intensidad y la poesía Rusa"

Bela Tedin ,Mabel Castellanos , Gloria Paz., Pamela Bush de Astigueta, Maria Gabriela Rebok y Marcela Solá

MARIA TERESA SOLA nos habló de:

La intensidad y la poesía rusa

Dice Efim Etkind: "Rusia es tal vez el único y último país del mundo donde la poesía posee un poder inverosímil". El hombre ruso explicíta sus sentimientos a través de las palabras de sus poetas, porque las conoce de memoria. Siempre tiene una cita a mano para responder a cualquier situación que se le presente. Así, en los "Goulags" soviéticos, los presos comunes, asesinos o ladrones, cuidaban amorosamente de sus poetas prisioneros por razones políticas. Les pedían escribieran poemas para enviar a sus seres queridos y les pagaban, con dinero si podían y sino con alimentos. Por eso se decía: "las rimas valen más que el oro, más que el pan".

John Le Carré pone en boca de un personaje de su novela "La Casa Rusia" personificado por Sean Connery: "¿Por qué amo a Rusia? Porque a pocos minutos de reunirse unos cuantos rusos, ya están hablando de Dios". Le Carré sospecha que en todo ruso anida un metafísico.

Es el país de la intensidad, el que desconoce las medias tintas, donde la vida, el amor y la muerte caminan tomadas de la mano.

Ya con Alexander Pushkin (Moscú 26-5-1799 – San Petersburgo 29-1-1837) el poeta símbolo, que inaugura la era de oro de la literatura rusa, empieza a cumplirse ese trágico destino.

Pushkin es nieto de un príncipe abisinio, hecho esclavo por los turcos y liberado por los rusos que termina su vida en la Corte como amigo y consejero del Emperador Pedro el Grande. Pushkin también es un aristócrata y como los intelectuales de su tiempo, lee y piensa en francés. Pero decide escribir en ruso, lengua que hasta entonces estaba confinada en la tosca habla de los "mujiks" o en la solemne y rígida de la liturgia bizantina - ortodoxa. Y hace de ella una trama idiomática bella, versátil, rica que dará nacimiento a una extraordinaria literatura. Escribe en prosa y en verso novelas, ensayos, poemas pero también, con su pluma afilada, escribe epigramas contra el Zar. Participa en la Revolución Decembrista de corte liberal y es desterrado al Cáucaso. Pero el pueblo lo reclama. De regreso a Moscú se le tiende una celada para perderlo. Pushkin es talentoso pero feo y está casado con la mujer más bella de Rusia, Natalia Gonchorova. El hijo adoptivo del Embajador de Holanda empieza a festejarla. Dantés, un oficial francés es en realidad un asesino a sueldo y lo reta a duelo. Allí muere Pushkin a los 38 años. Más de 32.000 personas asisten a su entierro.

Y la cadena infausta continúa. Mijail Lermontov (1814 – 1841) escribe el famoso poema "La muerte del poeta" donde cuenta como Pushkin fué victima de los manejos de los que lo querían muerto. Y esta compenetración del joven con su antecesor lo convierte literalmente en su sucesor: Lermontov también fué deportado al Cáucaso y a su regreso, asesinado en un duelo hábilmente tramado.

Y así llegamos a la generación de Plata con sus estupendos poetas y sus vidas atormentadas: Ajmátova, Gumiliov, Pasternak, Maiakovski, Tsvietaieva, Essenine, Mandelstam, etc. Elijo hablar de Tsvietaieva porque fué una poeta excepcional y un ser humano de una sensibilidad exacerbada; una mujer cuya riqueza interior no alcanzó para protegerla en la difícil tarea de sobrevivir en un tiempo complejo, contradictorio y violento. Para Tsvietaieva vivir y escribir eran una sola cosa. La fuerza de su inspiración surge de su autobiografía. Y esto, en vez de restar profundidad a sus palabras, las carga de una energía tan personal que las hace únicas. Tsvietaieva que ha influenciado a todos los jóvenes poetas de las siguientes generaciones no ha hecho escuela. Con una música propia de palabras sincopadas, de intensidades y violencias irrepetibles, obtiene del idioma ruso tan inéditos efectos que la hace muy difícil de ser traducida a otro idioma. Tsvietaieva nació el 26 de septiembre de 1842 en Moscú. Empezó a escribir poemas a los 6 años, ante el rechazo de su madre que la quería música y no poeta. Y todo su contacto con la poesía hasta su adolescencia es en secreto, ejercicio de un amor prohibido. Su madre muere y Marina parte para París a los 16 años para presenciar el estreno de "L’Aiglon" de Edmund Rostand actuado por Sarah Bernhardt. Y así comienzan sus violentos amores con personas, obras, paisajes, "es decir" amor por cuanto existe. Todo en ella era intensidad, entrega total donde participaba con el cuerpo, el intelecto, el espíritu y el alma.

Su primer libro de poemas lo dedicó a Marie Bashkirtseva, fascinada con el diario personal de esta joven pintora y escritora rusa, muerta muy joven, que conmovió a sucesivas generaciones. A mí y a mí hermana Marcela fué nuestra madre quien nos entregó un ejemplar en francés durante nuestra adolescencia, ejemplar que ella había subrayado vehementemente en su adolescencia como también lo subrayamos nosotras. Amores compartidos de una época a otra, desde otra tierra, cuando las afinidades traspasan historia y geografía.

Su primer libro, el dedicado a Bashkirtseva lo publica a los 18 años. Allí entra a pié firme en el mundo de la poesía rusa donde inmediatamente es aceptada. A los 20 años se casa con Serguei Efrom y tiene a su hija Alia. Durante la Revolución Bolchevique Efrom pelea a favor del Zar y triunfante la Revolución salen de Rusia para un exilio que durará desde 1923 hasta 1939. escribe muchos libros, ama mucho pero siempre permanece con su marido, su hija Alia y su hijo Mur. Empieza su interacción con los más importantes poetas de su época. Se escribe cartas con Rainier Marie Rilke y con Boris Pasternak.

Esta correspondencia es recopilada en "Cartas del Verano 1926". Osip Mandelstam conoce a Marina Tsvietaieva y según palabras de Nadesha Mandelstam, la poesía de su marido cambia y toma su forma definitiva después de conocer a Marina. Tsvietaieva escribirá poemas en honor de Ana Ajmátova, de Alexander Blok. Sostiene una intensa amistad literaria con Boris Pasternak. A pesar de ser una exiliada, motivo por el que no se pueden leer sus poemas en la Unión Soviética, estos corren en copias secretas de mano en mano y en los famosos recitales de poesía el público grita: ¡Tsvietaieva! ¡Tsvietaieva, exigiendo escuchar sus palabras. En 1939, en un curioso giro, Efrom, el marido de Tsvietaieva se vuelve agente soviético y desea regresar a Rusia. Ella se niega pero Efrom regresa y su hija Alia lo acompaña. Marina los extraña tanto – y posiblemente, tanto a Rusia – que en 1940 ella con su hijo Mur regresan también.

Allí, en Moscú, traduce poesía pero ya no puede escribir nada propio. El ostracismo al que se siente empujada a pesar de la aceptación de sus pares literarios que la admiran y la respetan, va minando sus fuerzas. No soporta los bombardeos alemanes sobre Moscú y en una extraña vivencia compartida a lo lejos con Virginia Wolf, que tampoco podía resistir los bombardeos sobre Londres, ambas escritoras abandonan la ciudad capital donde viven y se dirigen a su último destino.

Tsvietieva parte hacia Elabuga con su hijo Mur. El 31 de Agosto escucha por la radio que los alemanes han entrado en Rusia. Escribe una carta conmovedora para su hijo Mur, con mensajes de amor para su hija y su marido. Y se ahorca.

Pero la fuerza y la belleza de su poesía permanece. Y su vida nos conmueve.Simone de Beauvoir, maravillada por los recitales de poesía que se realizaban en los estadios deportivos de Rusia, en jornadas que duraban todo el día y donde el público coreaba, a la par del recitante, el texto completo de cada poema, comenta: "Cuando a un pueblo como el ruso se le prohíbe rezar, el pueblo hace de la Poesía su oración".

María Teresa Solá

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